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martes, 10 de marzo de 2009

La niña rockera


El rockandroll se basa en unos principios básicos pero sólidos y contundentes: haz que tu guitarra suene fuerte, reune al máximo de gente que puedas para que se tomen unas copas mientras tu amenizas el rato, y canta sobre lo que te dé la gana. Aquí cualquiera de vosotros rockeros de pura cepa podrías discrepar. Pero como es mi blog, lo digo como yo quiero. Estoy chula hoy...
Lo que ocurre con el rock, o con cualquier tipo de música que te guste, es que no tiene fronteras. La música te entra en el oído y: o se te queda dentro y te pone contento o te sale directo por la otra oreja. Otra opción es tirar el disco o cd por la ventana cual frisbee enloquecido. Me ha picado más de una vez la mano para frisbear, sobretodo con discos de Pantera. ¿Por qué será...?
Al ser universal, le puede gustar a todas las edades. Los niños, los semiadultos, los maduros, los inmaduros, las abuelas como la mía... Por eso se inventó la pegatina de advertencia en los discos: Supervisión parental, letras explícitas. Pero eso no impide que vayas por ahí y los niños canten todo tipo de chorradas guarras. Es parte del crecimiento. Así estamos los de nuestra generación. En gran parte es culpa de la música que tuvimos que escuchar en nuestra infancia: desde Mecano hasta Siniestro Total. También estaban los que escuchaban música en inglés y hacían ver que cantaban. Pero esos no cuentan porque no entendían un carajo de lo que decían las letras.
En señal de respecto a la música, ahí subo este collage torcido. Por que los niños no son tontos, y aprenden mucho más rápido de lo que nadie se pueda imaginar. Caray, para algo van al colegio.



1 comentario:

Unknown dijo...

Por fin, seguidor... hablador...

Cuidado con lo del frisbee con los CD de Pantera, le puede caer en la cabeaza a un abuelete paseando por la calle.

Y que se transforme en punky heavy, como la cobra gay!