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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Married to the Wall

Casada con el Muro.

Hace unos días se viene hablando de mil y un detalles, mil y una anécdotas relacionadas con lo que ocurrió un día como hoy hace veinte años en Berlín. No vamos a hablar ni de errores de burócratas aburridos, ni de los que cruzaron al Oeste, ni de los que se dejaron la vida en el intento. Tampoco pretendo comentar la trascendencia histórica del momento, para eso ya están los periódicos, la tele y los documentalistas que nos van mostrando lo más relevante y lo viejitos que están Bush padre y Köhl. Aunque Gorbachov está como unas castañuelas.

Cada uno que haya estado en Berlín, sea viviendo, sea de vacaciones, tiene su pequeña relación con el Muro. A mi me impresionó el camino de adoquines que marca el recorrido de lo que fue el Muro tanto entre el Reichstag y la puerta de Brandemburgo, y más todavía el de Postdamer Platz. Impactan las imágenes de lo que era hace veinte años un terreno baldío, y ahora es el empítome de la horterada arquitectónica moderna.

Pero yo iba hacia algo un poco más particular. Entre las mil y una historias del Muro, encontré una que merece una entrada en el blog. Una sueca, Eija-Riitta Berliner-Mauer, nacida en 1954 y que vive en Liden un pueblucho del norte de Suecia, se casó con el Muro en junio del año 1979. Se enamoró de él a los siete años de edad, viéndolo por la televisión. La diferencia de edad nunca supuso un problema en su relación. Y lo cuenta tan tranquila. Yo tengo una amiga de la infancia sueca, persona encantadora, divertida, inteligente y con talento. Pero lo que sale de su país en fechas recientes, entre los libros -sí, lo confieso, ¡me los he leído!- y la herencia de Larsson y esta loquita casada con el muro, me sorprende bastante, por decirlo suavito.

La misma Eija-Riita, viuda desde hace 20 años, llora en silencio a su amado desde su propia página web. No tiene desperdicio, os la recomiendo: http://www.berlinermauer.se/. Así que hoy es un día muy triste para ella y se merece un detallito. Cuando aquel 9 de noviembre del 89 vio lo que le estaban haciendo a su marido (tiene certificado de matrimonio, porque se celebró una ceremonia con amigos y familiares, pero sólo de la novia), sólo pensaba en cargarse a aquellos vándalos que le destrozaron la vida.

Eija-Riitta se considera objetófila (objectùm-sexual) una forma de sexualidad en el que el objeto de amor, deseo y placer es una cosa y nunca una persona. Consideran que los objetos tienen vida y alma (animismo), y por tanto uno se puede enamorar de ellos. Además bajo esta concepción, las relaciones sexuales con el objeto son parte más del amor en la relación, nada que ver con la masturbación y lejos de cualquier tipo de "perversión". No se consideran fetichistas, están organizados, se apoyan, reivindican su libertad de elección y tienen su propia web: http://www.objectum-sexuality.org/.

La pregunta es obvia: ¿cómo tiene uno relaciones sexuales con el Muro de Berlín?. Cuando existía, claro.

Sorprende aprender y darte cuenta de lo que hace la gente. Si uno lo piensa dos veces, resultaría difícil enamorarse de una cosa: ¿tu piso?, ¿el piso del vecino? (que es más grande y tiene terraza), ¿La Sagrada Familia, o la Casa Batlló?, ¿un Seiscientos o un Ferrari? (yo me quedaría con el Seiscientos, ¡ni punto de comparación!). Adjunto un link para que veais varios ejemplos de esta curiosa forma de relación: http://psicodelirium.wordpress.com/2008/07/15/el-sexo-en-el-sxxi-neo-sexualidad-y-objetofilia. Igual alguno se anima, en el siglo XXI hay espacio para las nuevas formas de sexo. Con esta además, se necesitan menos accesorios que para el sado. Aunque hay que estar bien en forma.




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